La llegada del verano supone, sin que muchas veces lo sepamos, una amenaza directa para nuestra salud. Nuestra piel está en peligro.
No hay una época del año más nociva para la piel que el verano: exposición prolongada al sol, sudoración profusa, más actividades al aire libre, incremento de las duchas y del uso de jabones, cremas, desodorantes… el cloro de las piscinas.
El sol enemigo directo de nuestra piel
En nuestra cultura todavía se sigue considerando el bronceado de la piel como un factor positivo. Incluso en ocasiones se identifica con la salud, viendo a personas bronceadas como personas de aspecto más “saludable” Son tendencias que están cambiando pero no lo suficiente ni lo suficientemente rápido.
La fotografía que publicó la revista ‘The New England Journal of Medicine’ evidencia con crudeza los efectos del sol sobre la piel. No estamos viendo ningún montaje publicitario tratando de vender algún producto o tratamiento de belleza.
Se trata de un camionero que durante 28 años ha estado recibiendo más luz del sol en un lado de su cara. Se trata de envejecimiento de una parte fundamental de nuestro organismo. Se trata de salud.
Qué nos hace el sol
Los rayos UV actúan sobre las células de la piel dañando la cadena de ADN. De esta manera las células producen menos melanina, colágeno y elastina. Esto acentúa el proceso de envejecimiento fisiológico. El sol seca la piel favorece la aparición de numerosas arrugas, profundas y marcadas, las manchas marrones se multiplican y la piel se vuelve menos flexible.
10 consejos básicos para protegernos del sol
- Aplicar protector solar antes de salir de casa.
- Repetir la aplicación cada dos horas.
- Usar protectores resistentes al agua.
- Aplicar cremas hidratantes: en caso de alergia al sol preparación previa de esa piel en la clínica y consejos sobre las cremas adecuadas o nutricosméticos adecuados para prevenirla o minimizar su efecto.
- Hay que tomar el sol en horarios adecuados; preferentemente antes de las 11:00 y después de las 16:00.
- Complementar la protección al sol con sombreros, gafas, camisetas. Especialmente a la hora de realizar actividades físicas en el exterior.
- Los nutricosméticos también son una ayuda; que contengan vitaminas C, E y D y antioxidantes.
- Dejar de creer que por usar crema protectora vamos a dejar de estar bronceados.
- Dejar de creer que en la ciudad el sol no nos afecta.
- Exfoliar la piel una vez a la semana; eliminaremos células muertas y prolongaremos y mejoraremos nuestro bronceado.
Infórmate y déjate asesorar
No dudes en consultarnos tu caso particular, las características propias de tu piel y cómo disfrutar del verano y del tiempo libre de una manera responsable y saludable.