Después de un largo periodo de confinamiento y de unas semanas de tiempo meteorológico poco propicio todos tenemos muchísimas ganas de sol. Pero hagámoslo con precaución, porque aunque es verdad que cada vez más usamos protección solar, solemos olvidar algo esencial: preparar nuestra piel antes de estos primeros baños de sol.
Este año además hemos permanecido en espacios cerrados durante las largas semanas de confinamiento y nuestra piel no está acostumbrada a que la expongamos directamente al sol. De ahí la importancia de que dediquemos algo de tiempo a prepararla para este momento de forma progresiva evitando correr riesgos.
Porque es verdad que el sol es fundamental para la vida. En pequeñas dosis, tienen un efecto beneficioso en:
- Nuestro estado de ánimo: el sol puede ser un remedio excelente para algunas formas de depresión estacional.
- La síntesis de vitamina D, que es indispensable para fijar el calcio en nuestros huesos.
Pero recordad: para disfrutar de estos beneficios son suficientes 15 minutos de exposición solar al día y que en dosis más altas, sin embargo, el sol puede ser muy peligroso y puede provocar a corto plazo:
– Quemaduras solares, también llamadas eritemas.
– Fotodermatitis, como la erupción solar benigna (el 10% de la población adulta está afectada) y el acné, así como tipos menos frecuentes de fotodermatitis como lupus y urticaria provocada por la luz.
– Enfermedades pigmentarias como manchas, melasma (paño del embarazo) o vitiligo.
– Fotoinmunosupresión (herpes labialis).
– Fotosensibilidad.
El sol y el envejecimiento cutáneo
También aparecen efectos dañinos a largo plazo como es la aceleración en el envejecimiento de la piel, indicado por la aparición de manchas, un cutis amarillento, arrugas profundas y pérdida de densidad y elasticidad en la piel. Hay que tener en cuenta que el 90% de los signos visibles del envejecimiento cutáneo los causa la exposición solar. El sol puede ser perjudicial por exceso o defecto.
Los efectos dañinos del sol en la piel son provocados primeramente por la radiación UV: la radiación UVB (B de “bronceado”) estimula el bronceado en particular,
pero también es la causa principal de las quemaduras solares. La radiación UVA (A de “alergias solares” o “arrugas”), es más peligrosa porque no causa dolor y penetra más profundamente en la piel.
Acelera el envejecimiento de la piel y puede provocar la intolerancia al sol, conocida normalmente como alergia solar y enfermedades pigmentarias (melasma, manchas). La radiación UVB y UVA pueden causar también alteraciones en el corazón de nuestras células y provocar daños en su ADN. Si este daño invisible se repite, pueden, a largo plazo, provocar el desarrollo de cánceres de piel.
Tratamientos indicados para preparar tu piel para los primeros baños de sol
En nuestra consulta disponemos de un amplio abanico de tratamientos indicados para este periodo previo al verano. Es posible disfrutar del placer de tomar el sol y de todos sus beneficios con las precauciones necesarias y preparando nuestra piel para ello. Recuerda la importancia de una dieta adecuada y la elección de la cosmética más indicada para las características de tu piel.
Fuente: Laboratorio Nutergia