A las puertas del verano son muchas las dietas “milagro” que llaman a nuestra vanidad. Pero tenemos que tener cuidado porque la mayoría solo nos van a servir para perder dinero, tiempo y en el peor de los casos salud.
Dietas basadas en un solo alimento
Dietas de la fruta, la verdura o que en cualquier caso se centran en un único alimento adjudicándole unas supuestas propiedades terapéuticas que no tienen; fundamentalmente la ausencia de grasa. Recordar en ese sentido un estudio de 2016 de la American Journal of Medicine que advertía que las dietas bajas en calorías son las peores para adelgazar.
La ingesta de un solo alimento o un solo tipo de alimento garantiza la pérdida de nutrientes esenciales como las proteínas, grasas o cantidad de micronutrientes fundamentales para el organismo.
Dietas basadas en un nombre propio
Dukan, Atkins son referencias que casi todos los adictos a las dietas conocen bien. Se fundamentan básicamente en obligar a nuestro organismo a consumir sus propias reservas (primero glúcidos y luego lípidos) prescindiendo básicamente de los hidratos de carbono y a eliminar el exceso de proteínas sobrantes. Su efectividad inicial derivada se debe a la pérdida de líquido a través de la orina, ya que el riñón debe de deshacerse del exceso de proteínas. A largo plazo la ingesta de alimentos de origen animal eleva el aporte de grasas saturadas y puede provocar problemas cardiovasculares, fatiga en hígado y riñones y otras secuelas en el metabolismo óseo o en las funciones renales.
Dietas tóxicas que dicen desintoxicar
La medicina tradicional entiende el proceso de desintoxicar como aquel que ayuda al organismo a deshacerse de sustancias extrañas y tóxicas en sí mismas (como narcóticos por ejemplo).
Pero de un tiempo a esta parte ese concepto se ha recogido por diversas tendencias a veces pseudo médicas y se fundamentan sobre todo en el consumo de productos sintéticos (complementos dietéticos) que tendrían por objeto eliminar de nuestro organismo una indefinida serie de elementos tóxicos. Diversos estudios (British Medical Bulletin, International Journal of Health Sciences ) a lo largo del tiempo han demostrado lo inútil de esas supuestas terapias y los riesgos que encierran para el organismo.
Dietas rápidas para perder y para ganar
Conocida sobre todo como dieta Flash. Se define como “proteinada”, definición que no se recoge en ningún principio científico. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) señala que no existe fundamento científico que la avale y de hecho la desaconseja por los riesgos objetivos que presenta para la salud. Hipertensión, cálculos biliares además de el conocido efecto yo-yo por el que tan rápido como perdemos peso lo volvemos a ganar con el paso del tiempo.
Diversos organismos como el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas desaconsejan absolutamente este formato. Recuerdan que la limitación de carbohidratos que propone la dieta Flash (un 41%) está por debajo de las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (45-60%) o la OMS (55-75%).
Dietas sin dieta
Las que se basan en el ayuno. En no comer o comer lo mínimo. Su peligro, su aceptación entre los más jóvenes. Se ha demostrado su ineficacia porque lo que logran perder es especialmente líquidos y proteína muscular. El organismo se adapta ahorrando energía y recuperando –en ocasiones incluso ganando– el peso perdido. Alteraciones gastrointestinales, intolerancia al frío, sequedad de boca y piel, dolores de cabeza, cálculos biliares son otros de los muchos factores de riesgo que esconden estas dietas descontroladas y carentes de supervisión médica.